¡Predicar en desierto,
sermón perdido!
¡No, que nada se pierde,
todo se gana!
No hay palabra de amor
que no se encienda.
La voz del corazón
abre al desierto
misteriosos oídos.
Cookie Consent
This website uses cookies or similar technologies, to enhance your browsing experience and provide personalized recommendations. By continuing to use our website, you agree to our Privacy Policy