Era la soberbia de las fieras Era la delicia del pantano Su boca era pequeña Como todos sus abrigos Era el relámpago y el rayo Era así... Dicen los sicarios del ocaso Esos inmortales del fracaso Que un día la encerraron En la torre de la reja Abrieron la cajita y ya no estaba Era así... Llevo su llanto clavado en la sien. Llamaba al rebaño por su nombre Cosía las heridas con alambre Tenía un ala rota Y una carta perfumada Era como fuego en el granero Era así... Se fue con las voces de los lobos Llevándose el jardín y la mañana Dejando un árbol viejo Y la balsa de un orate Era mi balada preferida Era mi razón. Llevo su soga atada a mis pies. Llevo su clavo hundido en mi piel.