Suave, que me estás matando. Duro y a la encía que tienes todo blando. Dime, ¿qué me estás hablando? Habla, ¿qué me estás contando? Cuenta, ¿qué me estás diciendo? Que el cuello de Claudio rueda por la calle, paso con mi coche aunque luego todo estalle, salto corriendo por encima del tejado, vaya una carrera en sentido vertical y yo tenía el coche recién revisado. Chapa y pintura vale un dineral, el limpiaparabrisas se ha quedado atascado. El muermo del pulpero está sonado, el tímpano roto y el cerebro taladrado. Digo una cosa, pasa lo contrario. No soporto el éxito de mi adversario. Y esgrimo argumentos y uso la razón, no logro entenderlo por más vueltas que le doy. Estás consiguiendo que pierda lo poco que tenía de educación. Cuando veo a mi enemigo por la televisión no queda más remedio, para combatir el asco, que ir a la emisora a repartir collejas, capones, boinazos, tirones ¿de orejas? Sí, y también de los cojones. Que el premio Planeta son muchos millones. El chalé en Puerta de Hierro con tanto espacio. Fiestas en palacio donde todo va despacio. Por qué vamos a hablar de los revolcones de la esposa del ministro y sus guardaespaldas. Pues mira tú por dónde, pues mira tú que bien, que ya ha llegado el día: Duro y a la encía. Botas de clavos, como Pérez de Tudela, que sirven para subir, que sirven para escalar, que se clavan en el labio y en el paladar. En el Himalaya nadie puede oír sus gritos. No me molestes mosquito. Paff, Z Z Paff, los insectidas no te curarán las heridas jamás. DDT en el café, pero mira que eres tonto, qué día me estás dando y la encía que sigue sangrando. ¿Qué pasa, qué pasa? ¿Qué ocurre en el mundo? Que está un poco chungo y que ésto es la monda. Y viva Jalisco y que empiece la conga. Alarma, alarma, que vienen los indios, los serbios, los moros, los yankis, los rusos, los punkis. ¿Quién salva a la reina? ¿Depende? Y ya no me acuerdo, y estoy que me muero. Te voy a arrancar lo que no necesitas, muslo, pata, pechuga, alita, y ajo, y cebolla, y comida barata. Hoy te quedas sin vinagreta, sin agua, sin pan y sin discoteca. Muérete y vete ya de este mundo, nunca probarás las pipas Facundo. Toma Jeroma, pastillas de goma, Rómulo y Remo las toman en Roma. Puñal en la ensalada y veneno en la sopa, qué asco de vino pasado de fecha. Suave, que me estás matando. Y duro, que vamos acabando. Pues mira tú por dónde, pues mira tú que bien, que ya ha llegado el día: Duro y a la encía. - ¿Sabes lo que te digo? Que te voy a meter una hostia que te voy a arrancar la cabeza. Te van a salir los dientes bailando el casatschok. Sí, te lo digo a tí. Te voy a rebanar la barriga. Te voy a sacar los intestinos y te voy a estrangular con ellos. Con el que prefieras. ¿Con cuál prefieres? ¿El delgado o el grueso? Pero antes te los vaciaré en la boca, el grueso, toda la mierda en tu puta cara, ¡¡¡de imbécil!!!