Llora Susana cuando viene del metro por las barbaridades que le grita siempre un viejo. Hoy son guarradas, mañana tocamientos. ¡Es que vas provocando con esos vaqueros! "Los hombres son así, no les hagas mucho caso, nunca cambiarán y hay que soportarlos", le dice su madre, ¡mamá felpudo!, mientras se maquilla los hematomas que firma su marido cuando llega un poco bebido. "Y debes aprender a bajar la mirada y asumir como normal el acoso y la humillación cotidiana del mundo hombruno, mundo peludo, y aguántales, que el universo es suyo". Pero hay mujeres que ya están hartas y han decidido empuñar sus armas. Agrupación de Mujeres Violentas, ¡violentas! Primera medida preventiva: spray en los ojos, porrazo en la espinilla. Segunda medida de autodefensa: patada en la entrepierna. Cuando el agresor esté en el suelo adviértele que no vuelva a hacerlo. Y por si no le ha quedado claro pisotéale un poco el cráneo. Mujer pensante, mujer despierta, mujer que lucha, mujer violenta. Acuérdate de las primeras sufraguistas y de tantas otras mujeres pioneras que siempre, a contracorriente, han sabido pelear y hacerle frente a ese gran falo que ha ido dibujando la historia, para poner a salvo, fuera de peligro, al cómodo y sagrado dominio masculino. Y ahora te ha llegado el turno de plantarle cara a este problema que también es tuyo. Mujer pensante, mujer despierta, mujer que lucha, mujer violenta. Agrupación de Mujeres Violentas, ¡violentas!