¡Cómo caíste del cielo, oh lucero, hijo de la mañana cortado fuite por tierra, tu que debilitabas a las naciones. Tu que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto junto a las estrellas de Dios levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré y seré semejante al altisimo. Mas tu derribado eres hasta el seol a los lados del abismo. Se inclinarán hacia ti los que te vean te contemplarán diciendo: ¿éste es aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastonaba los reinos; que puso al mundo como un desierto, que asoló sus cuidades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?