Ya estoy cansao de andar al bardo, tirándome contra cualquiera sin más consuelo ni bandera que la esperanza de tu querer. Ya estoy cansao de campanearte, prendida al brazo de ese viejo, que si se mira en un espejo debería sentir vergüenza de llamarte mi mujer. Lo que yo quiero es que gocés tu primavera ya que la vida diquera te hizo linda y te hizo buena. Lo que yo quiero es que dejés el nido frío y en el bulincito mío vengas a entibiar tu pena. Yo ya comprendo que, a tu lado, mi pobreza tendrá un poco de vergüenza, porque mi bulín es pobre. Pero, a mi lado, tu rosal tan triste con mi luz de dicha, florecerá al sol. Pensalo bien, que yo no quiero que estés después arrepentida. Vos bien sabés que en la partida vos llevás todas las de perder. Vas a dejar la casa linda por mi bulín sencillo y bueno, pero pensá que habrá cambiado para el resto de tu vida el sendero de tu amor.