Ventanal, ventanal, cristal del tiempo vano. Tu mano, la magnolia de tu mano, desmayada en el fangal del barrio hermano. Ventanal, ventanal, tu mal lloraba al piano. Y todo tan sencillo y tan lejano como el grillo y el verano, como vos y como yo. Sé que es imposible y que no hay nada. Sé que ya no existe tu balcón. Sé que en tu esperanza desgarrada la ventana alucinada se cerró. Vuelve a recorrer la misma senda, déjame abrigarte, corazón. Llámame otra vez para que entienda que tu voz en una senda me esperó. Ventanal, ventanal, total, llegó el invierno mojando aquel eterno verso tierno que fue luz sentimental en tu cuaderno. Ventanal, ventanal, ya sé que fue la vida, y todo en un final de adiós pequeño, donde estabas como un sueño malherida en tu percal.