La niebla de la noche nos castiga con una gris distancia de recuerdos. La niebla de los puertos y la vida que ronda con sus pasos de silencio. Detrás está la luz de antiguos días y el horizonte azul que yo presiento. Mi soledad te espera en la neblina con la canción que llora sin saberlo. La niebla, carrusel, y estamos solos girando el carretel, el carretel... La niebla, carrusel, que alguna noche ha de acercarse con la sombra de él... Una canción se filtra entre la niebla con una gris mortaja de fantasma, y el corazón se sienta en la vereda para escuchar los ecos aue se apagan. Presiento que allí estás, detrás del viento, y que vendrás a mí como una sombra, no sé de qué distancia, ni de qué puerto, siguiendo la canción que no te nombra.