Cualquier cosa resultaste para que un hombre derecho tu maldad tomara a pecho entregandose al splin. Con tu acción me comprobaste lo que de ti suponia que tu amor me sonreia, para lograr otro fin. Loca mia, alma cruel y atravesada por tu artera puñalada toda mi dicha perdi. Quien diria que tu pensamiento terco te volviera flor de cerco y no encanto para mi. Tus divinos ojos verdes mezcla de mar y de cielo, han dejado un desconsuelo que amargo mi corazón. Quiera Dios que no te acuerdes de volver, ya que te fuiste, porque el daño que me hiciste no merece mi perdon.