Si me vas a jurar amor hasta el final, procura demostrar que en tus palabras existe la verdad, que cuando hablas no intentas engañar. Con tanto tiempo ya jugando al desamor, quizás deba apostar, pues si pierdo una vez más sólo sería tropezar en una piedra ya conocida. No regales tus promesas, es más fácil que me mientas; me asusta tu inocencia, ansío ese cariño aunque nunca fuese mío. Los miedos del ayer debieran esconder sus dagas impregnadas de agrios recuerdos que quiero adormecer, de cínicos abrazos que sobran en mi piel. No regales tus promesas, es más fácil que me mientas; me asusta tu inocencia, ansío ese cariño aunque nunca fuese mío. No regales...