Donde brillan los mares, y sopla fuerte el viento, en un viejo balcón, frente al golfo de Sorrento. Un hombre abraza a una mujer, sin contener el llanto se despide un vez más, y vuelve a empezar el canto. Te quiero tanto amor, te quiero tanto, tanto y tú lo sabes bien, y en la distancia amor, hoy suenan más que nunca tus palabras. Otra vida, otra ciudad, otra vez lejos de sus brazos, todo gira en torno a él, y los años van pasando. Otra carta, una llamada, los recuerdos ya son cientos, hay lagrimas en sus ojos, y su voz es un lamento. Te quiero tanto amor, te quiero tanto, tanto y tú lo sabes bien, y en la distancia amor, hoy suenan más que nunca tus palabras. Pronto llegará a su tierra, a su patria tan querida, pero sabe que es muy tarde, apenas ya le queda vida. Toda su fuerza y su energía, se la ha dejado a América, y ahora regresa casi acabada, a su amor que aún la espera. Sólo quedan más allá, los triunfos y los fracasos, sólo los sueños de un ayer, de la espuma tras el barco. Y así cerca del final, su corazón se va apagando, y no habrán más despedidas, y vuelve a empezar el canto. Te quiero tanto amor, te quiero tanto, tanto y tú lo sabes bien, y en la distancia amor, hoy suenan más que nunca tus palabras. Te quiero tanto amor, te quiero tanto, tanto y tú lo sabes bien, y en la distancia amor, hoy suenan más que nunca tus palabras.