No te imagino esperando Tras una puerta, llorando, No te concibo en la calle Cabizbaja o tropezando. No te imagino sufriendo Porque he tardado estos días. Ni te imagino escuchando Novelones, tonterías. Yo te supongo cantando Y preparando un paisaje, Donde no falte el casabe, Ni el areito, ni el traje. Yo te imagino lustrando Conversaciones, proyectos, Para brindarme una fuente De cotidianos afectos. Para saborearlo juntos, Como el vino tinto, Como el buen café; Para darle soluciones Con la frente amplia Como siempre fue. No te imagino tratando De lograr un crucigrama, Ni enlazando corazones, Ni fingiendo un melodrama. No te imagino escribiendo Tristes páginas al diario, Ni corriendo al lepelepe Más fresco del vecindario. Yo te supongo vanguardia De un maratón de limpieza. Yo te recuerdo ajilando La caña que voy cortando. Te imagino levantada A las seis de la mañana Preparando el nuevo día Que despierta en claridad. Para saborearlo juntos, Como el vino tinto, Como el buen café; Para darle soluciones Con la frente amplia Como siempre fue, Y será.