El día menos pensado comenzamos a crecer, a lograr lo que queremos, a encontrar los parques llenos de velocípedos, de bandas municipales, de ancianos contando historias y cientos de enamorados. El día menos pensado seremos más consecuentes, sobrará el tiempo de ocio, cuidaremos el jardín. En cualquier momento, el día menos pensado, será la paz, la paloma de Picasso, y estrecharemos las manos de todos nuestros vecinos. En cualquier momento, el día menos pensado, estallarán las fronteras, deambularemos el tiempo, y el pasado irá al futuro a esperarnos del presente. En cualquier momento, el día menos pensado, la meta que perseguimos será un punto de partida. Cristalina mañanita de septiembre, estoy aquí. Volviste tú y volví yo, ¿cuál de los dos envejeció?: yo. Cristalina mañanita de septiembre, estoy aquí. ¿cuál de los dos guardó el calor y despertó más de una flor?: tú. Cristalina mañanita de septiembre, estoy aquí. De nuevo nos encontramos en este mismo lugar. Veinte años que no estuve, que la brisa me impulsó. Veinte veces que septiembre me ha ayudado a batallar. Cristalina mañanita de septiembre, estoy aquí. He devorado senderos inundados de color, pero nunca hubo ninguno tan luminoso y mejor como el tuyo que en un tiempo me hizo valiente al dolor. Cristalina mañanita de septiembre, estoy aquí, desprovisto de armaduras y desnudo al resplandor. Hoy me hace falta nutrirme para volver a partir; hoy me hace falta limpiarme del tiempo. Cristalina mañanita de septiembre, estoy aquí. A mitad de la contienda; necesito respirar. Hoy me hace falta llevarme una cantidad más grande de tu fuerza y tu valor, tu valor. Cristalina mañanita de septiembre, estoy aquí. Voy a partir ya, me debo ir. Cristalina mañanita, tengo ya que reanudar de los últimos vagones me comienzan a llamar, y falta mucho terreno; te digo adiós y te espero allá al final del camino, último manso septiembre… si es que nos quedan destellos al anochecer a ti o a mí.