El día que la noche se perdió Me fui corriendo a buscarla A los lugares que una vez Creímos haber encontrado. Ese día las estrellas No quisieron saludarme, La senda de raíles No delató mis zapatos Y el camino de regreso Fue más largo que otras veces. La noche se ha perdido Y no sé dónde se encuentra esa noche. El día que la noche se perdió Me fui corriendo a buscarla En los clavos de mis botas, En mi camisa amarilla, En el pelo, en las uñas, En todos mis poros vivos, En el olor que conservo En las palmas de las manos A yerba fresca del campo. Parece como que el sol Se ha detenido de pronto, Parece que se acabaron Los crepúsculos y auroras, Que el mediodía es eterno, Que la luna está de luto, Que no quiere ver a nadie, parece. Qué pena del triste grillo Que no volverá a cantar Si no regresa la noche, Qué pena de los que sueñan. Qué pena de los poetas, Qué pena de tanto y tanto. Qué pena que la noche se ha perdido Y no sé dónde se encuentra Esa noche, esa noche, esa noche.