Las veces que quise no supe entrar. Y ahora que ya se, no estás. Te fuiste. Dejando un rastro de amor. Una cama imperfecta y la mañana llena de pájaros. Te fuiste. Dejando eco entre los dos. Y me dejaste estudiando la anatomía (de la melancolía). Memorizando tus frases y repitiendo palabras, recuerdo el número de las diferentes partes de tu cuerpo. Esa marca en tu espalda que fabricamos, juntos, los dos. No fue hace tanto. Te fuiste, pequeña. Y me dejaste, esa mañana. Anatomía de la melancolía (estudio).