Recordando La llama alienta en la chimenea, y al crepitar las leñas encendidas hoy me atormentan como llagas de fuego; reabren en mi alma hondas heridas. La llama loca corre y piruetea y en el delirio de la noche oscura reviven años de intensa amargura que tristes me acompañan en mi soledad. Crepitan las leñas, revive el pasado del fondo del tiempo como una visión, y me trae el viejo perfume añorado de la que fue un día mi sola ilusión. Crujen las leñas, la llama agoniza, mis manos persiguen aquella visión. En vano se alargan, no hay más que ceniza, ceniza en las leñas y en mi corazón. Llevé las estrellas de tus claros ojos, diáfana luz de sempiterna andanza, que allá en la ruta de mis años mozos fue mi suspiro, fue mi esperanza. Ahora mi senda está llena de abrojos, mi vida mustia ya no tiene llantos, y el corazón zozobra de quebrantos al verme avergonzado de mi ingratitud.