La tristeza no es buena ni vos tampoco, no me des tanta pena, quereme un poco. Pensando en tu cariño me desconsuelo, y lloro como un niño que está de duelo. Yo no quiero tenerte encerrada en casa, lo que quiero es quererte, decí qué pasa. Si me querés ahora yo sabré darte más que el que te enamora, dejame amarte. Mujer, no hagas alarde de tus favores, hay leños que no arden, los hay mejores. Te quiero para siempre de compañera, dime lo que tú sientes, seme sincera. Estoy solo en mi pieza, la casa es fría, solo con mi cabeza y sin compañía. De tanto vivir frente del cementerio, no me asusta la muerte ni su misterio.