Volví, porque me llamaron aquellos que hicieron ayer mis compases. Los que me bailaron, los hombres capaces de darle a esta criolla todo el corazón. Volví, con todas las ganas de ser la milonga la musa del pueblo, que el nombre que llevo, del pueblo nació. Con permiso, si me dejan, con permiso, no los voy a molestar, soy milonga y en cualquier parte que piso no me gusta estar de más. Con permiso, si me dejan, con permiso, tengo ganas de bailar y si notan que estoy algo envejecida, por favor no me lo digan, que me van a hacer llorar. Yo sé que todo se pierde, por eso comprendo que estoy olvidada y el que me recuerde será por tristeza de verme más vieja por serme más fiel. Y yo seguiré fingiendo que soy la invencible milonga del pueblo, hasta que Carriego, me lleve con él.