Zamba de los lirios, y de los laureles Que por no conocer maderas Ni las cuerdas hacen sonar Y ni se acuerda, que la vida sigue Que da lo mismo, cantar por cantar Zamba de los vasos, y de los oficios Que por no conocer un hombre Se refugia en el cuarto sola Señorita tejedora, que busca a mí Que yo la entiendo Zamba, luz de la oscuridad Ponele una pupila al viento Que el viento mire, nomás Cuando te encuentre desnuda No tendrá más que entrar La sombra en los parpados Preparas la mesa Los sonidos de la noche Te arrugan el delantal Y los perfumes de las naranjas Te hacen soñar con la humedad Y hablan por tu boca, las enredaderas Que libres por las paredes Se abren a las penumbras Las faldas verdes y sus vestidos Van lentamente, bajo la Luna Zamba, luz, de la oscuridad Ponele una pupila al viento Que el viento mire, nomás Cuando te encuentre desnuda No tendrá más que entrar