Es Doña Rosita la virgen soltera que siempre está triste por sobre la pena. Su novio se ha ido Rosita le espera vestida y compuesta de casamentera. Siempre está esperando su amor que no llega y frente al espejo le espera y le espera, esperando un beso que el aire le entrega mirando hacia el mar salina y tronera. Dicen que se fue a un país lejano se casó con otra y que la ha olvidado, que allá hizo fortuna cuenta e inventario, que lo olvide dicen, que es mejor dejarlo. Y le dan consejos y le hablan claro, le mienten un poco y se burlan tanto. Más Rosita espera frente a su retrato guardado en romero dentro del armario. Hoy cose Rosita toda la mañana borda en hilo fino y la tela blanca un nombre de oro y un nombre de plata, se cose el ajuar, la ropa de cama de su cama virgen fría, inmaculada su cama vacía sin nadie y sin nada. De su cama antigua, cama de muchacha en donde Rosita llora su esperanza. ¡No llores Rosita guárdale tu vida! No llores Rosita sabes que es mentira, todo lo que dicen lo dice la envidia, esa envidia roja verde y amarilla. Si llega el cartero y te trae noticias saldrás a la calle saldrás a decirlas: que escribió tu novio que pronto volvía que te quiere mucho y que no te olvida. Si dicen que ha muerto sabes que es mentira: Tu sabes que vive y que no te olvida.