A las luces palpitando en la noche A tus piernas pálidas y esbeltas A la nieve penitente, a la fruta fresca A mi veneno favorito A la intuición Al dolor vertical Y a todo lo que nunca volverá A tus pupilas dilatadas A tu aliento en mi cuello A la piel escarchada Y a todo lo que no volverá A las buenas vistas A los reencuentros Y la vida, que es movimiento