Quizá nos digan que nunca existieron, Que son fantasmas que habitan el sueño Mientras vigilan con un ojo inmenso Que abarca todo, la rabia y el miedo. Quién puede armar este rompecabezas Al que le sobran algunas miserias No tendrán paz ni debajo la tierra. Todo es ausencia. La angustia es lenta y devora despacio Si lo que tú amas está en otro lado. No imaginamos que exista el espanto Hasta encontrarle volando tan bajo. ¿dime en qué mar este río agitado Tendrá su paz cuando acabe el llanto? ¿cuándo podremos de nuevo mirarnos Con otros ojos recién estrenados?