Mía. Tú fuiste siempre mía vivimos felices las penas y las alegrías. Sólo había algunas ilusiones para pasar los días pero eso qué importaba. Aquel día todo cambió el dinero me transformó no debí dejarte marchar te necesito aquí. Hoy es mía la noche silenciosa que marca mi agonía que acaba con mi vida. Era mía, mía...