Los mineros regresaron, todo el mundo regresó al olor de el aguardiente que se bebe en "Don Simón". Es taberna con dos puertas adornadas con color de los ojos de su dueña que perdieron el color. Treinta años, cuatro viuda pero nadie la estrenó en la guerra se casaron y la guerra lo mató. Cuando llega la fatiga la jornada terminó sólo quedan dos espigas que se apagan como el sol. Son los ojos de María que están secos de llorar por un mozo que no ha vuelto aun queriendo regresar. (1966)