La madre superiora ha mandado instalar una redecilla especial para cazar demonios. Reniega y dice algún taco por lo bajo porque a Pepi, que es manchega y la cazaron al lazo, le ha salido de improviso un pronunciamiento inexcusable alrededor del ombligo. "Esto es obra del demonio" sentenció la superiora; y una legión de comparsas entre risas coartadas asintireron. Así que han pedido la redecilla. Les ha llegado esta mañana de Roma y Pepi está loca de contenta, se van al pueblo ella, su feto y el fontanero.