No sé si me recuerdas pero soy el violinista con las gafas de John Lennon y una vieja gabardina que pasó ayer por tu calle consiguió escuchar tu risa y se la llevó prendida de una flor en su camisa. No sé si me recuerdas pero soy el violinista con el pelo por los hombros y una barba de tres días que te ha visto dibujando sobre un corazón de tiza dos palabras que me callo y una flecha de mentira. No sé si me recuerdas pero soy el violinista como sombra de tu sombra va pisando donde pisas que robó en el cementerio cuatro rosas amarillas cuando nadie le miraba te las puso en la mochila. No sé si me recuerdas pero soy el violinista al que acusa todo el barrio de mirar mucho a las niñas al que el vicio solitario pone ojeras en su rima y resume en su diario: hoy la vi pasar deprisa.