Encontré en el aire una espora plateada No dude un instante la vi a mi ligada No puedo controlarme y no veo la salida El rencor me domina el odio es dueño de mi vida Siento que el cielo cae encima de mi Refuerzan las cadenas que me unen a ti Viendo como un árbol se derrumba ante mi Espasmos de llanto me atormentan así ¡Tú me enseñaste el rencor, me enseñaste a apreciar! ¡Tú me enseñaste el dolor, y el placer de odiar! Rosa, ya marchita Me entregué a ti en cuerpo y alma Te obligaré a que me devuelvas la calma Restos de sueños yacen en mi cama Junto al puñal que clavaste en mi espalda Cruda indiferencia me hace perder la conciencia Al sentir la niebla fría de tu presencia ¡Pagarás con sangre mi bella amada, debes saber que ya estas condenada! Tu belleza volvía mi alma loca Hoy solo quiero ver sangre en tu boca Delirios que me atrapan en la tempestad Tu cuerpo ensartado en la cruz de la verdad