Te perdono el montón de palabras Que has soplado en mi oído Desde que te conozco. Te perdono tus fotos y tus gatos, Tus comidas afuera, Cervezas y cigarros, es más, Te perdono andar como tú andas, Tus zapatos de nube, Tus dientes y tu pelo. Te perdono los cientos de razones, Los miles de problemas, En fin, te perdono no amarme. Lo que no te perdono Es haberme besado con tanta alevosía. Tengo testigos: un perro, la madrugada, el frío, Y eso sí que no te lo perdono, Pues si te lo perdono seguro que lo olvido.