Yo tengo los ojos puestos en el cielo y él tiene la frescura de un arroyo sabe reír y bailar sin perturbarme, permitiéndome el derecho de estar viva permitiéndome el derecho de estar viva. Yo tengo un trampolín al infinito y la suerte pendiendo de una cuerda. Una ventana abierta a los sollozos y un canto de sirena en la garganta. Tengo pasión de sobra y un amigo que me contiene atento sin juzgarme. Tengo un frente de lucha aquí en el pecho y un corazón que nunca se avergüenza. Tengo tiempo de sobra para amarte música mía patrona del silencio. Tengo el alma empachada de sonidos y un detector de idiotas en la frente. Yo tengo los ojos puestos en el cielo y él tiene la grandeza de un acorde sabe llegar hasta mí, sin invadirme otorgándome el milagro de estar viva otorgándome el milagro de estar viva