Esta es la historia, de un caballero Que una noche desprovista, decidió Salir a tomarse unas copas, sin saber Lo que el destino le preparaba, eran las Siete de la noche cuando llego al bar El gato enmochilado, pidió una copa Cuando de pronto le sorprende una voz que Le dijo ¿tomas solo? El respondió, ¿me acompañas? Ella se sentó y allí comenzó lo que seria Su tragedia, compartieron sus nombres Él se llamaba Juaquín, ella Diveana Entre copas y copas, establecieron Amistad, al pasar los días, se seguían Viendo, hasta que él le declara su amor Ya que él estaba enamorado de aquella rubia Alta de ojos color ámbar, ella dijo que si El no solo le dijo que estaba enamorado de ella Sino también le propuso matrimonio Ella acepto, en el cortejo él le regalo un anillo De compromiso, brindaron entre copas y copas Celebraban el momento, los padres se sentían Feliz pues veían en Juaquín, un excelente hombre Fijaron la fecha de la boda, la misma se celebraría El 25 de octubre, planificaron cada detalle Hasta que llegó el momento, como de costumbre El novio salió primero a la iglesia a esperar A la novia, entre invitados en la iglesia Se llegó Humberto, quien sorprendió a todos Los invitados, la novia llego, y observo Que estaba Humberto, sonrió con picardía Se comenzó a celebrar el acto religioso Cuando el padre pregunto, ¿Diveana, aceptas Por esposo a Juaquín?, ella comenzó a reírse Y dijo, no lo acepto, todo esto era Un plan, porque hace tiempo ese hombre, señalo A Humberto me dejo plantada en las puertas de una iglesia Y juro que nunca nadie se fijaría en mí Para ofrecer matrimonio, ahora que dices Humberto Mi venganza está hecha, los padres morían De vergüenza, y salió corriendo riendo a carcajada Juaquín sintió que el mundo se le venía encima Ya que amaba mucho a Diveana, los padres Trataron de pedirle disculpa, pero el solo Lloraba de dolor, dolor del alma, dolor de amor Negra noche que decidí tomarme unas copas Negra noche que conocí a la desgracia de mi vida Que llevaba por nombre Diveana, sé que no será fácil Sacarla de mi mente y mi corazón Pero algo si le digo, jamás haré a una mujer Lo que me hizo Diveana, pero sé que no podre pensar Nuevamente en matrimonio, y quiero decirle Que Juaquín soy yo, el que canta esta canción Y quiero dejar una reflexión a los que me escuchan Jamás pagan con creces a otros lo que ya te han hecho Ahora digo, una noche de copas, una noche de tragedia