Hoy quiero contarles algo que yo presencie llegue a una casa Donde un joven estaba en su lecho de muerte, su madre desesperada Me miro y me dijo, ayúdalo no lo dejes morir, es un joven de apenas diecisiete Años, el no merece morir, impresionado le dije, pidamos a Dios que le ayude Me dijo cual Dios, llevo años pidiéndole por su recuperación solo le pido un milagro Pero no lo ha hecho todavía, es que no soy digna de Dios, o es que él se olvidó de La gente pobre como yo, ¿cree usted que me merezco esto, o mi hijo se lo merece? Ya no sé qué hacer no me quedan fuerzas, ni lágrimas, ni nada para una madre esto Es fuerte Le dije nada de eso, quizás su desespero no deja hacerlo de la forma correcta, para Dios tenemos que ser humilde, yo le enseñaré como hacerlo, primero pida que le limpie su corazón y haga entender sus misterios, y vera que Dios hace el milagro Y después dígale que haga su voluntad en su hijo, es la forma de reconocer que él Es el autor y consumador de nuestras vidas La madre y yo nos arrodillamos y ella con sinceridad del corazón le dijo, Dios Perdóname si te he faltado, entiende mi angustia de madre, igual como la sintió María en la cruz del calvario al ver cómo te crucificaban, no soy digna de ti, y sobre mí Hijo haz tu voluntad no la mía, porque la voluntad de todo humano no es la misma de tuya Enseguida Dios dio respuesta, mis ojos se quedaron maravillados al ver brillar Una luz radiante, en medio de la luz el Doctor José Gregorio Hernández, quien se Sonrió con la madre y se acercó al niño, paso su mano sanadora por su cuerpo Y le dejo en su pecho una estampita de él la madre esta atónita al ver tal maravilla El niño se levantó y la madre le dio gracias a Dios Señores Dios a veces no obra porque la arrogancia nuestra no lo deja, tengan Presente que en todo se hace la voluntad de Dios no la nuestra Señores Dios a veces no obra porque la arrogancia nuestra no lo deja, tengan Presente que en todo se hace la voluntad de Dios no la nuestra Señores Dios a veces no obra porque la arrogancia nuestra no lo deja, tengan Presente que en todo se hace la voluntad de Dios no la nuestra