El ayer nos hizo hermanos, como la tierra y el sol; mas la daga de un engaño anidó en mi corazón. El dolor nos ungió y el destino nos trajo hasta aquí, llegaré hoy a ti, para calmar mi rencor. Un crepúsculo distante, tal vez el último adiós, cuando el alba nos sorprenda, la sangre sobre los dos. Diez pasos y fuego sin piedad, abriremos al fin; no hay tiempo de pensar y elegir Matar o morir.