Ya todo quedó atrás, angustia y llanto; pesadumbre del tiempo y muerte aviesa, atrás la incertidumbre y la tristeza; lo que fue y el dolor de esperar tanto. Ya todo quedó atrás, que tu eres cuanto, soñé tener el cielo y la belleza. Si hay un alma en mi vida, tu eres esa alma inmortal por la que sueño y canto. Bajo esa tierra desolada y dura, cuánta esperanza inútil que alba oscura; la que en el mudo espejo se retrata. Las palabras, los rótulos, oh hermano; quiebra la espada con tu propia mano, y sé impulso de amor, no áspid que mata.