Al octavo mes resucité de entre los muertos Miré mis manos y vi que las marcas habían desaparecido Mis amigos me veían pasar y decían Ahí va el muerto sufriente, Pero no me veían realmente y lloraban por mí. Caminé junto a ellos pero no me reconocían, Sólo cuando partí el pan y lo compartí con mis hijos Uno de ellos dijo, hoy tus ojos están más blancos Y tus manos no llevan marcas. Entonces me levanté y dije: hoy he resucitado, Visité el infierno, anduve por un túnel oscuro Y hoy vuelvo para amar y ser amado.