Manos de encaje abren horas De aquí hasta su eternidad Tendiendo camas de orquídeas y rosas Un nuevo traje, en un instante Cuerpos quietos en el lugar Alimentados por humedad Ya no corren ni escriben cartas Ya sus nervios se agotaron Cuerpos secos y eternidad A su lecho lo reclaman Manos de encaje Manos de encaje Manos de encaje Manos de encaje Manos de encaje Manos de encaje Dejó con ella el alma En manos de encaje Manos de encaje Mármol y clavel