Plena noche y que de nuevo cabaña de pescadores me acogió tan entrañable como los niños suelos del caminar a gatas. Tiernamente me acuesto en un rincón como si fuera mi cuna, la de mi infancia, y cimbreaban los suelos recordados hasta en sus grietas mismas. Pescado, tabaco fuerte, criaturas, gatos, sopas de verduras estaba en mi casa oliendo y purificándome. Roncar del pescador, niños encaramados en el horno, tartas entre los dientecillos de todavía harina caliente. Lavar, fregar, sola sin acostarse, badilas, escobas o agujas velaba la madre, la dueña, trabajo entre las manos Apaga macilento candil y sale lama oscuridad mientras al otro lado, en la cocina, cómo lavaba la madre.