(De "La magia más vieja" (1970)) La noche no es buena amiga del que la empuja descalzo. El pie anda y averigua el porqué de cada paso. Es mejor andar de día entre nubes y naranjos. Sólo el pie sobre la huella, calladito y sin cansancio. Si el pie averigua las cosas es muy capaz que se planta. A veces larga preguntas que te ahogan la garganta. Es mejor andar de día porque el pie se decide. No conviene andar de noche para que el pie no averigüe. Y si nos toca la noche hay que andarla con cuidado, después que dieron las doce a cada pie su calzado.