¡Qué grande tempestad se levantó! ¡Qué turbulencia! La barca entera se agitó Solté completamente aquel timón No había fuerzas Huyó la fe del corazón Las olas se agolparon sin piedad ¡Qué desaliento! Sentí morirme de ansiedad Al punto recordé de mi Señor Pedí su ayuda y me libró de mi temor ¿Por qué teméis? Me preguntó Él que tranquilo del sueño despertó Al vendaval no respetó Le habló a la mar y a su voz se sujetó Existen tempestades en el mar Son tan violentas Pueden hacerte naufragar Las hay también dentro del corazón Roban la calma Y no te tienen compasión Habla con Dios Él te oirá Seguro estoy no te desamparará Seguridad Él te dará Y la confianza en tu ser renacerá