Vení, hermano, debo hablarte Que en mi pecho hay mucha bronca Y una pena que hace rato Que no puedo desahogar. Vení, hermano, no te asombres, Yo te vi la noche aquella Que chamuyabas con ella, Muy bajito, no sé qué. Porque yo la quiero mucho... Vos sabés cómo la quiero... Que no sé cómo resisto A la horrible tentación De ahogarla entre mis brazos, De partirte a vos el pecho... Pero no... vos sos derecho, Tan derecho como yo... Cumplí con tu deber, Que es triste, muy triste, Pelear entre hermanos Un mismo querer. Llevátelo todo, Mis pilchas, mi vento, Pero a ella dejála Porque es mi mujer... Si te deschavan tus ojos, Tu voz que está emocionada; Si comprendo claramente Que vos mucho la querés. Mas te ruego que seas hombre, Que luchés con entereza Y respetés con nobleza La amistad que te brindé. Yo que siempre te he confiado Todo cuanto había en mi vida, Los secretos más sagrados Que un hombre puede confiar. Vos también me has confesado Todo tu triste pasado... ¡si nunca te he traicionado, No me debes traicionar!