Oyendo el ave María Surgió de pronto una voz La voz me dijo: Confía En la fe de un mañana mejor Estoy herido de agravios No tengo fe ni ambición Retazo soy de una vida Sin amigos, sin luz, sin amor Ayúdame Ayúdame Dios mío Ayúdame Y enséñame el camino Yo quise ser Tan bueno como El mismo pan Pero la gente, cruel, brutal Me arrebato la dicha Ayúdame Ayúdame, Dios mío Ave María