Me tropecé contigo en primavera, Una noche de abril roja y calina, Se volvió mi sangre enredadera, Bajo el farol son luz de aquella esquina. Me diste la blandura de tu cera, Y yo te di la sal de mi salina, Y navegamos juntos sin bandera, Por el mar de la rosa y de la espina. Y después a morir, A hacer dos ríos sin adelfas, Oscuros y vacíos para la boca torpe de la gente. Pero ante Dios, dos lunas, Dos espadas, dos tinturas, Dos bocas enlazadas, Y dos arcos de amor del mismo puente. Me diste la blandura de tu cera, Y yo te di la sal de mi salina, Y navegamos juntos sin bandera, Por el mar de la rosa y de la espina. Y después a morir, A hacer dos ríos sin adelfas, Oscuros y vacíos para la boca torpe de la gente. Pero ante Dios, dos lunas, Dos espadas, dos tinturas, Dos bocas enlazadas, Y dos arcos de amor del mismo puente.