Fue mi sueño conocerlo y expresarle mi cariño, me propuse conquistarlo con empeño y con amor... algo bueno vi en sus ojos tan sincero como un niño en contraste con su estampa propiamente de un varón. Sin embargo lo atraía con pasión la "nueva ola"; entre ritmos dislocados mi pronóstico se dio, fue cediendo poco a poco al encanto de "un Arolas" y al compás de un dos por cuatro me entregó su corazón... Querido... cuánto amor hay en tus ojos, si supieras lo dichoso que es vivir pensando en ti... Cariño como el nuestro hay uno solo, el tenerte es un tesoro que aprisiono junto a mí... Querido... mi alegría es infinita porque fui la muchachita que deshizo esa pasión... logrando que volcaras tu entusiasmo y sintieras por el tango ¡este amor que siento yo...! Al cantar con alegría el pasaje más hermoso de mi vida de muchacha soñadora y sin revés quiero hablarles a las chicas que se dan con esos mozos que hoy inventan "nuevas olas" sin saber ya lo que hacer... ¡Este suelo que llamamos con orgullo Buenos Aires no merece los desaires de un muchacho sin razón, empuñemos nuestras armas con paciencia y sin alarde para que sea nuestro tango el que talle en el salón!...