Fresca está la madrugada Y en la aurora maracucha Una inmensa voz se escucha Es el bardo que en parranda Cantando sus gaitas anda Deleitando a quien lo escucha En la bruma resplandece Maracaibo cuando duerme Y taciturna desprende El aroma de su arcano Cuando noble y grande emerge La imagen de aquel zuliano Que en la aurora se agiganta Despierta y se estremece La ciudad del Sol amada Cuando la voz adorada De aquel bardo fiel le canta Y orgulloso se levanta Y a su terruño le ofrece Su corazón en la mano Con rumbo firme al ocaso Proyecta el Sol su agonía La voz se apaga y el día Muere vagando cuál duende De nuevo la ciudad duerme Con el bardo en su regazo En la bruma resplandece Maracaibo cuando duerme Y taciturna desprende El aroma de su arcano Cuando noble y grande emerge La imagen de aquel zuliano Que en la aurora se agiganta Despierta y se estremece La ciudad del Sol amada Cuando la voz adorada De aquel bardo fiel le canta Y orgulloso se levanta Y a su terruño le ofrece Su corazón en la mano La luz nace y la mañana Interrumpe en mí el ensueño La voz creo que fue un sueño Pero hay un misterio grato Dejó olvidado su cuatro Debajo de mi ventana En la bruma resplandece Maracaibo cuando duerme Y taciturna desprende El aroma de su arcano Cuando noble y grande emerge La imagen de aquel zuliano Que en la aurora se agiganta Despierta y se estremece La ciudad del Sol amada Cuando la voz adorada De aquel bardo fiel le canta Y orgulloso se levanta Y a su terruño le ofrece Su corazón en la mano