Un viento de locura nos envolvió esa noche, más fuerte fue el reproche que toda comprensión. Y ahora que ya es tarde muy tarde para todo, ahora comprendemos aquel tremendo error. Ni tú, ni yo, nada hicimos por salvarnos. Ni tú, ni yo, no supimos perdonarnos. Ni tú, ni yo, no quisimos comprendernos y hoy vivimos un infierno por orgullo de los dos. Jamás, jamás, estaremos frente a frente y sin amor nos quedamos tú y yo. Orgullo y amor propio nos apretó los labios, más fuerte que el agravio que toda comprensión... Un viento de locura nos envolvió esa noche, y estamos por orgullo los dos sin corazón.