Cómo, si uno tiene su destino, si uno va por el camino que la vida le ha marcado. Cómo pretender que en un momento se abra paso un sentimiento que no estaba señalado. Lucho con la angustia del perdido, con la pena del vencido, con la fiebre del dolor. Lucho por la gloria de tu boca, que mil veces me provoca prometiéndome tu amor. Inútil mi esperanza, pero bella. Lejana, como el brillo de una estrella. Inútil, como el alma de mis sueños, como todos los empeños que me impulsan a quererte. Lo mismo da encontrarte que perderte, si el camino de mi suerte es camino sin amor. Siento que tu amor será en mi vida, en mi vida perseguida una sombra empecinada. Siento que me abrasa el pensamiento el deseo de un intento que no sirve para nada. Pobre la esperanza que se enciende en un alma que pretende su destino desafiar. Pobre de tu sueño que, inocente, me promete dulcemente lo que no te puedo dar.