Hubo hombres que se hicieron a la vida, como quien en un chinchorro se hace al mar. En peque~nos botecitos de madera, afrontaron su terrible tempestad. Con sus sue~nos fabricaron flotadores, salvavidas, remos y un tim'on. Pero el viento derrib'o las ilusiones y empezaron otra vez la construcci'on. Martillando con su propia sangre esperan, terminar antes que despierte el drag'on. Si queremos ayudar a construir la paz, un ladrillo hay que llevar. Una flor, un coraz'on, una porci'on de sol y estas ganas de vivir. La colina hay que subir, nada es sencillo aqu'i, y ante todo est'a el drag'on. Con su fuego intentar'a parar la construcci'on, pero habr'a una soluci'on. Una flor, un coraz'on, una porci'on de sol y estas ganas de vivir.