A usted señor me dirijo Que ha nacido en este suelo, A usted legítimo hijo de perra y perro chileno. A usted que tiene el orgullo de ser el gran carcelero, De ser el gran traidor, gran traidor y embustero. A usted que tiene las manos manchadas con sangre humana, A usted que tiene su vida y su alma condenada. ¿Por qué le da tanto miedo de que el pueblo esté en la calle, de que ría de que marche, de que grite, de que cante? A usted que cuida el tesoro de sus amos industriales, A usted que es especialista en torturas infernales, A usted que con tanta muerte quiere llenarse de gloria, A usted que quiere atajar el caminar de la historia, A usted que será después de nuestra final victoria Un desgraciado recuerdo de putrefacción y escoria. A usted que estará consciente de su derrota cercana Que sabe que si no es hoy, bien pudiera ser mañana.