Desde el fondo de los años la clase obrera chilena ha madurado con sangre, con luchas y sufrimientos que dejaron honda huella. Duro precio se ha pagado, la cosa no ha sido fácil. El explotador conoce la fuerza altiva del hombre que está explotando. Si levanta la cabeza lo golpea fieramente y lo mata, y persigue a su mujer y la mata. ¡Atacarlos si se juntan! ¡Disolver los sindicatos! ¡No dejar que se reúnan! Dicen que desde Santiago vienen cien agitadores, cuarenta vienen de Lota y de Rusia algunos otros. ¡A la oficina no entran! ¡A mi fábrica tampoco! Parece broma decirlo, cuánta verdad hay en eso, cuánto compañero muerto, por el pecado tremendo de querer organizarse y protestar contra el hambre. Cuántos muertos en Iquique, La Coruña, Lonquimay, Ranquil, San Gregorio, Plaza Bulnes por nombrar algunos pocos. Desde el fondo de los años nos llegan de Marga-Marga -viejo lavadero de oro- con indios como explotados y patrones españoles, noticias de un movimiento. Primera huelga chilena Cómo saber si eso es cierto, Quizás qué barbaridades, tantos hombres, tanto tiempo, qué de cosas no sabemos. Hermanos de Marga-Marga hoy las cosas han cambiado, hoy protestan otras voces. En Marga-Marga la vida en Marga-Marga la muerte lavaderos infernales lavaderos de oro amargo. Indígenas indigentes esclavos de la corona lavan oro sordamente la rebeldía se asoma. Sebastián Vásquez, un vasco con valor y gallardía encabeza una revuelta demostrando valentía. Con indios por camaradas con la justicia en la frente Sebastián Vásquez enciende la primera llamarada. Marga-Marga los galopes Marga-Marga y arenales Marga-Marga noche negra mil cuchillos españoles. Pobres indios Marga-Marga pan amargo, agua salobre indio pobre, lavaderos ¡no lavamos! ¡cien galopes! En Marga-Marga barridos la resistencia se apaga la muerte llega de noche nudo y horca, fuego y daga. Sebastián, ¿dónde te has ido?