Cuidado Comendador con la ballesta en la mano. Frondoso que era un villano se ha vuelto todo un señor. No es la naturaleza del hombre, la mansedumbre, es apenas el herrumbre de que lo cubre pobreza. Y basta con que despierte una mañana cualquiera y el manso se vuelve fiera y el débil se vuelve fuerte. Y verán con qué premura deja en el campo la azada y aprende que con la espada mejor sus males conjura. Que se truecan en un día los aperos de labranza por la pica y por la lanza, la humildad por la osadía. Cuidado Comendador... Pues basta que un hombre entienda que para seguir viviendo y seguir un hombre siendo es fatal que se defienda. Es triste pero es preciso tener un arma en la mano para ser su soberano y no un esclavo sumiso. Cuidado Comendador...