Dime cuánta agua habrá de caer del cielo, para que me quite la pereza y este mal, soy los hombres y mujeres que trabajan en la tierra fumigando el alimento que después te comerás. Soy de bananera, soy del trigo, soy del maíz. Y nadie pregunta, Por qué tengo miedo al sol, Por qué tengo extraños dedos, Por qué no puedo dar de mamar. Y nadie pregunta, qué tengo por dentro serpientes y santos corruptos divinos del banco mundial. Y nadie pregunta, qué tengo en mis ojos, que a veces la llama se pone bajita y me duele el amor. Me duelen los hijos y el tiempo que pasa, me duele que se haga difícil mojarse los pies en el mar. Vuela caballito de San Pedro, contigo Elegguá, contigo Elegguá.